Espacio de opinión de Canarias Ahora
Teddy y los piratas
Llevo varios años intentando explicarle a Lucy que no lo tengo claro. Que tengo amigos músicos, escritores y actores que son socios de la SGAE, y con sus críticas y sus matices, ven a ese emporio como un mal necesario. Pero Lucy, la peluquera del barrio, odia a Teddy. No puede verlo desde que leyó que la SGAE multó a una peluquera por poner la radio.“ ¡Fuerte cabrón! me dijo aquel día que tuve la mala suerte de ponerme bajo sus tijeras. Por primera vez no me disimuló las entradillas. ”No es corporativismo“, me dijo, ”es una cuestión de justicia, ¿cuántas veces cobran estos tíos por la misma canción: a la emisora de radio, al peluquero, al que usa la música para un anuncio, al que la pone en una fiesta?¿acaso le dan parte de todas esas recaudaciones a los autores?“.
Según los datos que se están difundiendo cerca del 15% de lo que recauda la SGAE por derecho de autor no llega a los creadores porque no los conocen. Pero no nos confundamos. La operación Saga no tiene nada que ver con la Ley Sinde, ni con el canon a los cd, ni con lo que cobran por las canciones o las obras de teatro. Aunque el PP quiere pescar votos en el río revuelto donde navegan piratas y cobradores del canon, hay que aclarar que algunos directivos de la SGAE y de empresas vinculadas pasaron este fin de semana en el calabozo por haber usado la SGAE para otros asuntos que no son sus fines. Se les investiga por montar sociedades paralelas que buscaban el ánimo de lucro (algo que según la ley no puede tener la SGAE), y detrás de esas empresas parece que estaban directivos o familiares de directivos de la sociedad que preside Teddy Bautista. Lo que se investiga es si en lugar de repartir todos los derechos de autor entre los creadores, los detenidos usaron la recaudación para montar empresas que tenían como objetivo enriquecerse ellos.
A Teddy Bautista también se le imputa “negativa o impedimento a socios del ejercicio de los derechos de información y participación”. En las elecciones de la semana pasada la candidatura del equipo del músico canario obtuvo el apoyo del 57 %, pues nos parecería muy bien. Lo que no está bien es que no pueda tener ningún vocal que los represente la candidatura opositora que fue respalda por un 43 % en uno de los tres colegios (en audivisuales) y el 20% en los otros dos colegios obtenga ningún representante. Esto se produce porque lo dicen los estatutos que mantiene la Junta Directiva reelegida. Resulta curioso que algunos de los artistas que están en esa Junta Directiva apoyen las demandas de los indignados que solicitan más participación y transparencia, y mantienen unos estatutos que no son un modelo de máxima democracia y participación.
Leyendo las reacciones a la operación Saga veo mucho odio acumulado contra Teddy Bautista y la SGAE. Parece que estaba la artillería preparada, estaban esperando que detuvieran al malo para empezar a dispararle. Caco Senante declaraba este lunes en El Correíllo de CANARIAS AHORA RADIO que los grandes grupos de comunicación están en contra de la SGAE porque les deben mucho dinero. Pero no me voy convertir en abogado defensor de Teddy y de los detenidos. Con un salario de más de 200.000 euros al año supongo que el fundador de Los Canarios tendrá de sobra para pagar buenos abogados. Quienes no tenían ni para abogados fueron los más de 500 detenidos por vender discos piratas. Este fin de semana me acordé mucho de Michel Kountier, que pasó dos años en una cárcel de Sevilla después de ser detenido por vender copias de cds en la calle. También me acordé de su compañero de celda Joseph Faber, otro africano que además de la pena de cárcel tuvo que pagar más de 21.000 euros a la SGAE y otras sociedades de gestión. El papel de la SGAE como lobby fue fundamental para lograr una legislación tan dura contra los vendodores de top manta, por eso me resulta imposible separar la crueldad del código penal de los dirigentes de la SGAE.
Más de quinientos vendedores de top manta (la mayoría inmigrantes pobres) fueron detenidos durante los duros años en los que se ponía penas de prisión a los que vendían discos piratas, muchos fueron expulsados de España cuando recuperaron la libertad. Hubiera sido interesante que los millonarios directivos de la SGAE y de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE) imputados de delitos de apropiación indebida se hubieran encontrado con Michel y Joseph en el calabozo. Se podía haber revivido la escena que se atribuye al emperador Alejandro Magno, aquel día que un hombre acusado de asaltar barcos en el Mar Egeo tuvo que declarar ante el Emperador. El hombre le dijo: “Me llaman pirata porque sólo tengo un barco. Si tuviera toda una escuadra me llamarían conquistador”.
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Juan Garcia Luján
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