El turismo, la cuarta paridad

Los datos del turismo en Canarias son contundentes: 30% de aportación directa al PIB y 35% de generación de empleo en las islas. Todos los estudiosos y entendidos en el tema coinciden en afirmar que nuestro futuro, por lo menos en los próximos 50 años, va a estar muy vinculado a la actividad turística. A pesar de lo anteriormente expuesto, Canarias carece de un plan estratégico a futuro, es decir con proyecciones de evolución del crecimiento del sector para los próximos 20 años, cosa que parece un poco extraña pero que es algo con lo que los canarios estamos acostumbrados a sobrevivir.

La situación del sector turístico es dispar en cada una de las islas, siendo la líder en turistas recibidos la de Tenerife, con 120.000 camas y 3,8 millones de turistas recibidos al año en 2012; ocupando Gran Canaria el segundo lugar, con 139.000 camas y 2,8 millones de turistas recibidos; seguidas muy de cerca por las islas de Lanzarote, con 70.000 camas y 1,7 millón de turistas recibidos; y Fuerteventura, con 65.000 camas y 1,6 millón de turistas recibidos. Según estos datos, que son los ofrecidos por los organismos oficiales, es decir el Istac, Aena y el Gobierno de Canarias, el liderazgo de la isla de Tenerife en el sector turístico es contundente, ya que con 20.000 camas menos que Gran Canaria tiene un millón más al año de turistas entrados al año.

Si los datos anteriormente expuestos los convertimos en pernoctaciones potenciales, según la oferta de camas de cada isla, y convertimos a los turistas entrados en pernoctaciones recibidas, multiplicando por la pernoctación media que no llega a 9 días, tenemos unos datos contundentes que, para no cansarles con cifras millonarias, se traducen en que el ranking de ocupación media de camas por islas en 2012 sería: Tenerife, 87% de ocupación media; Fuerteventura, 69% de ocupación media; Lanzarote, 66% de ocupación media; y Gran Canaria, con un 57% de ocupación media.

La situación de Gran Canaria no puede ser más lamentable y los responsables deberían dar explicaciones. El problema es que en esto de las responsabilidades cabe aplicar aquel refrán tan sabio de “entre todos la mataron y ella sola se murió”.

Si fue la triple paridad la que inspiró el sistema electoral que recoge nuestro Estatuto de Autonomía, ¿no les parece que el principal sector de nuestra economía, del que vamos a depender en los próximos 50 años, dado que no hay planificación para su crecimiento, debería regularse en base a sistemas paritarios? O se legisla en ese sentido o se devuelven las competencias a los cabildos insulares. Ustedes dirán señorías.