Venezuela rompe con el Banco Mundial

Vamos a ver. Venezuela, y quizás Argentina y Brasil (Kirchner y Lula también liquidaron su propia deuda con el FMI), rompió con el Banco Mundial y el FMI. Incluso está promocionando la creación de un Banco del Sur con un criterio distinto al de los usureros del Norte. Más todavía. Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela estudian las bases para fundar dos instituciones nuevas, el Banco citado y un Fondo Monetario del Sur. ¿En virtud de qué principio informativo, queridos editorialistas, silencian ustedes estos proyectos y sólo atacan a Chávez?Digan la verdad de una vez. Ustedes saben que el Banco Mundial anda en crisis, no sólo por el escándalo reciente de Wolfowitz, su presidente gringo, o por la expulsión de su delegado en Ecuador. Ustedes temen que cada día nuevos países pobres renuncien a sus designios y, por lo tanto, a la supeditación de sus políticas económicas a los intereses de quienes no se ocuparon jamás de ayudarlos sino, sobre todo, de sustraerles riquezas. Los países adaptados a las fórmulas del Banco Mundial y del FMI simplemente se arruinaron, descapitalizándose encima a velocidad de crucero gracias a una deuda externa no siempre legítima. Demasiado largas sus trayectorias para tratarlas ahora. Sin embargo, Damien Millet y Eric Toussaint resumen adecuadamente los últimos años de los usureros implacables. Escriben estos expertos que, tras la crisis de la deuda de 1982, el Banco Mundial sostuvo las políticas de ajuste estructural promovidas por las grandes potencias y el FMI, que condujeron a una drástica reducción de los presupuestos sociales, a la supresión de las subvenciones a los productos básicos, a las privatizaciones masivas, a una fiscalidad que agrava las desigualdades, a una liberalización forzada de la economía. Además de poner a los productores locales en una situación de competencia desleal frente a las multinacionales. Estas medidas deterioraron las condiciones de vida de las poblaciones…Debe eclipsarse esta supeditación insoportable para millones de seres humanos. Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela trabajan sobre un proyecto aparentemente común que también pasa por el control democrático y transparente de sus disponibilidades financieras. A Venezuela le asiste todo el derecho del mundo a desligarse del Banco Mundial y del FMI si así lo estima conveniente, una senda a seguir por otros, seguramente, antes o después. Como dice Eric Toussaint, “sobre los escombros del Banco Mundial”. ¡Qué escribirán entonces los editorialistas de la prensa española, incluida la considerada progresista! ¿Que muchos países de América Latina caminan con enormes dificultades hacia su unidad e independencia de Estados Unidos o que nadan velozmente hacia la orilla de la “cubanización” bolivariana? Ya está bien de usar groseramente a Cuba como arma arrojadiza contra cualquier avance en la región. Bastante tienen los cubanos con soportar el bloqueo estadounidense ante la indiferencia o complicidad de sus aliados. Ya está bien.

Rafael Morales