Vamos a ver si nos entendemos, que nos van a volver locos de la cabeza. Dijo el concejal de Turismo y Transfuguismo de San Bartolomé de Tirajana que a la discoteca Chic había que mantenerla precintada porque incumplía con determinadas cuestiones de la ordenanza en vigor. Y el alcalde, con sus informes en la mano, erre que erre, que él no se iba a coger los dedos (ni a dejar a Ramírez con los glúteos in the air). Pero viene la Justicia, que es ciega, y levanta el precinto municipal, con lo que coloca en situación sospechosa a los que tanto se empeñaron en sostenella y no enmendalla. La Chic abrió este viernes después de unos meses de kafkianas gestiones impropias de un país civilizado y de unas administraciones públicas celosas guardianas del interés general y de los derechos de los particulares. Que sea para bien de sus propietarios y del público en general, que vuelve a tener ocio de calidad en esos sures tan convulsos.