Los sicarios de Juan Francisco García se dividieron este domingo el trabajo, y mientras uno llamaba fracasado al director de CANARIAS AHORA y le colgaba todo tipo de parabienes, otro se metía en un esplendoroso berenjenal de periodismo creativo sobre una alambicada mafia socialista, y un tercero rebautizaba el clan de la avaricia para sacar de él precisamente al editor del Canarias7, al que él mismo metió el día que se cayó del guindo. Pero son tan torpes que hasta se les escapan frases lisonjeras hacia este periódico, del que llegan a decir que se nos han acabado las verdades. Es decir, que lo que hemos dicho de Imputados sin Fronteras, de García y de su periódico son verdades que, a mayor abundamiento, se nos han acabado. Pues no se nos han acabado, ni mucho menos, y seguiremos contándolas aquí de modo constante cada vez que consideremos que son de interés para nuestros lectores. Eso es lo que nos condena: que nos basta con contar la verdad para desacreditarles. Ellos, por el contrario, tienen que recurrir a la mentira, al chantaje, a la amenaza y al insulto. Insistimos, en ese camino no nos van a encontrar. En el otro sí. Y que cada palo aguante su vela.