No está en ningún programa electoral que sepamos, pero detectamos en el Cabildo de Gran Canaria un denodado afán inversor en compañías mercantiles que empieza a ser más que llamativo. Ya les dijimos esta semana que lo del matadero tiene mala pinta porque no parece muy de recibo que una inversión pública sobre patrimonio público sirva para entrar en competencia con el mercado libre. Pero más llamativa se torna la decisión cuando, para apaciguar las críticas, sale al día siguiente Fedalime echando un riqui-raca al Cabildo. Fedalime, como saben, es la patronal alimentaria que preside el también presidente de la Cámara Plateada de Comercio, José Miguel Suárez Gil. No conforme con comercializar carne y chorizos, el Cabildo ha decidido hacerse socio de una empresa holandesa especializada en la cría del abejorro. Para ello habrá que ceder del patrimonio insular una parcelita de 10.000 metros cuadrados en el polígono de Arinaga, aflojar 300.000 euros por adelantado y otras cantidades anualmente para que el Cabildo obtenga el 45% de la susodicha entidad mercantil. Sociedad mercantil que, por cierto, está en constitución, y a la que se va a sumar el Cabildo mediante una ampliación de capital. Tela. En otros tiempos la tendencia hubiera sido comprar los abejorros y distribuirlos entre los agricultores que lo precisaran, como hemos hecho con las vacas frisonas, y si el negocio fallara, pues ojos que te vieron dir por esos mares para afuera. Ahora no, ahora el Cabildo es empresa con todas sus consecuencias. En fin.