Claro que parece lógico, llegados los momentos pre electorales, que el personal político con muchos compromisos, cumpla con ellos o, cuanto menos, deje bien situados a aquéllos que han prestado efectivos servicios a la causa. Sea cual sea la causa. Ocurre en muchas administraciones públicas -no decimos que en todas- lo que se traduce en el natural relajo de la ciudadanía y la imagen de electricistas -con especialidad en el enchufe- de muchos dirigentes públicos. Otro ejemplo, el Cabildo de Gran Canaria ha convocado un porrón de plazas, entre la que nos llama poderosamente la atención una denominada “Técnico superior de Administración Especial (Especialista en Derecho Europeo)”. No es que sea curioso que un Cabildo moderno y totalmente integrado en la red de paradores, en los circuitos mundiales de grandes estadios y en la malla hispana de trenes de alta velocidad no tenga un experto en Derecho Europeo. Lo curioso es que, dicho sea sin ánimo de señalar, hayan fabricado la convocatoria a la medida de alguien que ya está. Si no, que nos expliquen cómo se exigen en las bases conocimientos de inglés y alemán y no de francés, lengua oficial. Se cortaron a la hora de incluir otras virtudes que completaran el retrato robot, pero en el Cabildo todos las conocen.