Amar es combatir. Ése es el título de la gira con la que los mexicanos de Maná recorren el mundo encantando a los millones de seguidores que compran sus discos. Es una banda comprometida, con canciones de amor y otras un poquito más subiditas de tono, con incursiones en lo social y en lo político. Quizás por eso no la conoce de nada el todavía consejero de Deportes, José Miguel Álamo, y quizás porque tiene su puntito rojo, el Cabildo grancanario la ha vetado para que pueda utilizar el Estadio de Gran Canaria del mismo modo que lo hicieron figuras mucho menos desafectas como Shakira (representada en España por el ex ministro Michavila), o Luis Miguel, también mexicano, pero con un poco más de almíbar. El equipo del PP en el Cabildo, que será censurado el lunes, se despide sin amar pero combatiendo al infiel. Qué cosas.