Les dijimos el otro día que este jueves acababa el plazo para optar al concurso de energía eólica que ha puesto en el mercado la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias. Y tal como nos imaginábamos, se armó una buena. No por el resultado del concurso, que todavía está por ver, aunque les parezca mentira, sino por la enorme demanda de energía que tienen muchas empresas, que colapsaron por completo la sede del antiguo ITC, donde se recogían las propuestas. Desde las siete y cuarto de la mañana ya había gente allí guardando cola, con multitidud de cajas que contenían los proyectos. Los funcionarios, desbordados a pesar de que advertían a quien preguntaba que no era el día de sellar nada, alucinaban. No había rebajas, ni regalaban molinillos. Da gusto ver un concurso así, ¿verdad?