Gracias a esta bufonada (en el argot de Cardona) hemos descubierto lo que podría ser una nueva fórmula para pasarse por el arco del triunfo las ordenanzas y los escrúpulos. Tu vas y dejas que se crean que los solares son tuyos; en el Ayuntamiento, que son así de chachis pirulis, te creen, a la vez que silban cuando rechistan los verdaderos propietarios, y cuando te dan la licencia vas y les cuentas que aquello nunca fue tuyo, que las parcelas que tienes que ceder por convenio son de otros y que, por si no querías caldo, te mando a la Sala de lo Contencioso por haberme metido en un plan de actuación en el que no debía estar. El empresario Julio Gutiérrez, miembro de ese selecto club de reciente creación que se llama Aempic (promotores inmobiliarios) ha promovido este edificio con una empresa llamada Inmuebles Guanarteme, en cuyo objeto social figura la fabricación de baldosas y baldosines. Y miren por dónde va ya. Los servicios jurídicos municipales tiemblan por el embolado que les acaba de caer encima. No sólo porque el abogado de los afectados (los dueños de los dos solares) sea Normando Moreno, el número uno de la cosa, o por el contencioso de Gutiérrez, sino porque a ver cómo meten tanto disparate en el capítulo de “errores materiales y rian pa'l Puerto”.