El comentario del internauta acerca del psiquiatra que recomienda al alcalde, pero pagado de su bolsillo, no es casual. El alcalde de Santa Brígida defiende su honor y su inocencia ante los tribunales de Justicia como hacen muchos altos cargos en Canarias: con dinero del erario público. Victoria Casas ha interpuesto un contencioso para intentar acabar con ese privilegio que permite al alcalde de su pueblo amenazarla, coartar su libertad y hasta perseguirla con notarios, procuradores, abogados y burofaxes que se pagan con el dinero del contribuyente, mientras que la concejal de CC ha de defenderse con su propio patrimonio. Cada pleito con el Niño Bravo le ha costado 3.000 euros, y eso lo sabe el alcalde, que termina consiguiendo que se retiren del blog de Casas los comentarios que él considera ofensivos o atentatorios, en la seguridad de que sus amenazas fructificarán ante el miedo que atenaza a todo el que no tiene recursos públicos para quemarlos en su beneficio.