La profunda crisis que vive Coalición Canaria en Gran Canaria no es óbice, obstáculo ni valladar para que los codazos y los navajazos se prodiguen sin recato por cada milímetro cuadrado de poder. La salida de Adrián Mendoza deja en buena posición a los llamados centristas, con Eusebio Bautista y José María Barrientos a la cabeza, una ventaja que no piensan otorgarles los oficialistas gubernamentales, Jorge Rodríguez, Sinesia Medina y Mari Mar Julios. El caos se acrecienta con el enroque corto que ha hecho Manolo Lobo, que se aferra al cargo de presidente insular y consejero en solitario en el Cabildo a la espera de que paguen caro su atrevimiento los que filtraron el acuerdo de su marcha. Pendiente de que tire la toalla, el alcalde de Guía, Fernando Bañolas, al que le prometieron un año de consejero insular para preparar su candidatura a la presidencia de la Corporación, sigue amenazando con mandarse a mudar con los suyos y presentarse por su cuenta en Guía. Que ya me vendrán a buscar, dicen que dijo.