El nombre que han lanzado al estrellato no es otro que el de Fernando Bañolas, presidente de Coalición Canaria en Gran Canaria, aunque también salta de boca en boca el de Marcial Morales, alcalde de Puerto del Rosario. No puede ser un tinerfeño quien sustituya a un tinerfeño en la candidatura a presidente, ni se debe quemar a un candidato o candidata de CC de Tenerife que, en el actual cataclismo político, deje cerradas las puertas para una eventual candidatura en 2019. No dejen caer en saco roto las carantoñas que se empiezan a cruzar de modo tímido pero premonitorio: Ana Oramas ya no habla tan mal del PP y sí del PSOE, renegando de sus acuerdos con Zapatero cuando ya casi nadie los tiene en mente. Fernando Bañolas limita sus críticas a Bravo de Laguna, que representa a otro PP distinto al oficial y excelentísimo de Soria, y reparte ahora cuero hacia Nueva Canarias, para que no se diga. Si a eso unimos las declaraciones del líder del PP zanjando para siempre sus relaciones con Paulino Rivero, el rompecabezas empieza a coger forma. Fernando Bañolas, por supuesto, lo niega todo, pero dentro de su propio partido lo dan ya por amortizado ante los escuálidos resultados ?sostienen- que está alcanzando como oposición en el Cabildo y su confesado deseo de estar en puestos gubernamentales en el más próximo futuro. Junto a él, Mari Mar Julios completaba la delegación grancanaria que viajó a Tenerife. La ex consejera de Sanidad también se considera damnificada de los nuevos tiempos dentro de Coalición Canaria y no quiere desaprovechar la oportunidad de esa nueva vía que se abre desde La Laguna. La reunión de este miércoles, que a punto estuvo de frustrarse por una filtración periodística, se celebró finalmente en un lugar cercano a la Gerencia de Urbanismo de La Laguna, pero no podemos confirmarles que haya sido almuerzo o encuentro secreto. Si alguien los buscó en Tenerife, desde luego, no los encontró en un público y concurrido local.