Les comentábamos aquí mismo ayer cómo la magistrada Carla Bellini, responsable de la investigación de la trama de Las Teresitas, ha tenido topos en su propia Sala, lo que ya es una calamidad. Su celo por guardar el máximo sigilo de las actuaciones le ha llevado incluso a enfrentarse al director de Comunicación del TSJC, Gonzalo Pérez Ponferrada, que no sabe dónde meterse cuando algún periodista le llama para reclamarle algún dato de la investigación. Pero la publicación este miércoles de diversos detalles en la prensa grancanaria referidos a aspectos muy concretos del sumario le ha molestado enormemente. Y la entendemos, porque si ya limpió su Sala, quizás deba empezar a colocar cámaras de vigilancia en algunos restaurantes de Las Palmas de Gran Canaria para ver quién está sacando la lengua a paseo con tanta facilidad. Cámaras con audio, claro.