Se acerca la solución -se estima que definitiva- a la crisis abierta en el Partido Socialista Canario en San Bartolomé de Tirajana una vez se ha sabido que la lista al Ayuntamiento no gustaba ni a los que iban en ella y que a Pilar Grande le han salido peligrosos detractores y más peligrosos defensores. En el primer grupo parece situarse el aparato local, al que no ha gustado la actuación de la también secretaria de Organización regional a cuenta de la clínica de Meloneras; pero también se pueden encontrar adversarios en la propia Ejecutiva regional, y algunos menos en la Gestora insular de Gran Canaria, que ella misma preside. De la Ejecutiva nacieron contestaciones muy chungas por el comportamiento que Grande tuvo el día que se discutieron las listas, y más concretamente la lista al Parlamento por la isla de Tamarán.