El Consejo de Administración de La Caja de este martes volvió a tener tomate. Duró seis horas y media por la estrategia filibustera del PP, contraria a los límites horarios que aplica en las corporaciones que gobierna: hablaron de lo humano y de lo divino con el objeto de alargar la sesión para que el presidente palmero, José Luis Perestelo, cogiera el avión y no pudiera votar con el bloque PSOE-CC. Cuando la cosa se tensó y Perestelo decidió dormir en Gran Canaria, Antonio Marrero y Rosa Rodríguez, compañeros de Departamento en Económicas de la ULPGC, se tiraron los trastos a la cabeza cosa fina. Marrero perdió los papeles con gritos de “me quieres cortar el cuello” a cuenta del previsible cambio en la presidencia de la entidad en favor del PP. Los nuevos impositores en el Consejo estaban asombrados, mientras otros consejeros intentaban calmar al presidente y explicar a los recién llegados que aquello no era lo normal. Este nuevo escenario, con el PP a un voto de la mayoría, traerá muchas incidencias, ya lo verán.