La verdad es que se prodiga poco el presidente del PP, Mariano Rajoy, pero cuando lanza una propuesta con contenido hay que reconocerle que lo clava. Este miércoles ha dicho, tras una reunión con sus líderes regionales, que hay que exigir en cada autonomía una auditoría para ver cómo están las cuentas antes de ponerse a gestionarlas. Es una idea absolutamente revolucionaria, no tenemos duda, a la par que necesaria y esclarecedora. La reclamamos también para Canarias, aunque por el color que tienen las cosas no será Soria quien la encargue antes de hacerse con el poder. Pero da igual, que la exija José Miguel Pérez en nombre de Mariano Rajoy. Porque con una auditoría seria podríamos todos enterarnos cómo ha sido la gestión del PP en los departamentos de los que se ocupó en este recientemente concluido mandato. Sabríamos, por ejemplo, cómo se ha gastado cada uno de los 14 millones de euros que va costando la implantación en Economía y Hacienda del nuevo sistema informático Sefcan; o cómo fueron las contrataciones de la ex consejera de Turismo, Rita Martín, en Promotur, con empresas repetidas y contratos fraccionados a nombre de las empresas repetidas. O sabremos cómo fue por dentro el concurso de Lifeblood, o el de las ambulancias, la derivación a las clínicas privadas o la privatización de la oncología en Gran Canaria. Podríamos conocer con precisión cuánto nos costaron a todos los canarios los coches oficiales que mandó a comprar Soria, cuánto se nos fue en propaganda de sus departamentos, cuánto en escoltas innecesarios y cuánto en personal de confianza en ocasiones demasiado confianzudo. Mariano, desde luego, has tenido una idea genial.