Bueno, bueno, bueno, así que Adán Martín se nos ha vuelto conciliador con el concurso del istmo al margen de lo que digan los tribunales. Pues qué bien, otro que sumar a la galería de patinadores artísticos que se van a dar tremendo talegazo cuando se produzcan decisiones. Que se van a producir, y pronto. No ha hecho bien el presidente en acudir a lo de la Gran Marisma, por mucho que le inspirara el sushi que cenó la noche anterior en un conocido restaurante japonés de Las Palmas junto a Pilar Parejo. Ha puesto las cosas del Puerto en manos exclusivas de Mauricio, que anda tratando de templar gaitas dejando la marca de la casa allí donde negocia. Ya le ha dicho a Arnáiz que prepare el petate, y ya le ha preguntado a Aurelio Ayala que cómo se vería él colgando la bufanda roja en el perchero del despacho presidencial de la Autoridad Portuaria. Atentos, pues.