No sólo los partidos analizan sesudamente los resultados electorales del 22 de mayo, unos con más sentido de la autocrítica que otros; unos con más capacidad de proyección futura que otros. Hay también editores de periódicos que se preguntan si ha valido la pena cabrearse con tal o con cual candidato o con su partido o si fue rentable o ridículo solicitar abiertamente el voto para una opción política como única capaz de responder a las exigencias de la ciudadanía. En este último grupo de editores debemos incluir a don José Rodríguez Ramírez, ilustre editor y director de El Día, que durante toda la campaña pidió el voto para el Movimiento Patriótico, una opción independentista que alcanzó el día de autos la friolera de 2.728 votos, lo que le situó exactamente en el puesto décimo cuarto de entre todas las preferencias manifestadas por los canarios, la décimo quinta si contamos los votos nulos y blancos. Si tenemos en cuenta que don Pepito presume de tener 221.000 lectores diarios, nos encontramos con que sus propuestas electoralistas e independentistas han tenido un eco algo superior al 1%. Por contra, don José se quejaba este domingo en su editorial del respaldo obtenido por Alternativa Sí Se Puede, que aglutinó nada menos que 19.372 al Parlamento, lo que le convirtió en quinta fuerza política. El callejeado editor se lamenta de su auge por considerarla “una formación política que nació para perjudicar a Tenerife. Un partido formado por falsos ecologistas, verdes y profesores de la Universidad de La Laguna que se refugian en esta institución académica para oponerse a todo. Si los dejan, acaban con Tenerife”. Nada que comentar acerca de las sanísimas intenciones del Movimiento Patriótico.