El cambio en Canarias se ha traducido en un mayor respaldo a los dos partidos gobernantes en las islas los últimos 18 años. Y no porque hayan crecido espectacularmente en número de votos (CC pierde 7.000 al Parlamento y el PP, con su tsunami puesto, sólo gana 57.000), sino que los ciudadanos han dado una patada a Zapatero en el trasero de José Miguel Pérez, que ve irse por el sumidero nada menos que 138.000 votos respecto a los resultados de 2007. Nadie había previsto una debacle así en el PSC, que partía incluso como favorito en algunas de las más respetadas encuestas, pero las urnas han hablado y han colocado empatados a 21 diputados al Partido Popular y a Coalición Canaria. El PSOE se deja en el camino la friolera de 11 parlamentarios colocándose en el peor resultado de su historia, 15 diputados, con apenas un 20% de los votos. El descalabro ha sido generalizado en las principales plazas, particularmente en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde los electores han premiado a Juan José Cardona con una holgada mayoría absoluta aún sumando tan sólo 7.400 votos más de los alcanzados por Pepa Luzardo en 2007. Saavedra pierde 34.200 votos y desciende a los infiernos, a los nueve concejales que ya tenía en 2003 Arcadio Díaz Tejera cuando lo apartaron de la carrera electoral a la alcaldía.