Y ya metidos en favoritos, hablemos de empresarios. Por regla general, les suele gustar mucho la discreción y la privacidad, de manera que puedan tener una vida sosegada y tranquila en lo que se van cerrando los negocios puestos en marcha. Los hay, sin embargo, que son capaces de poner en peligro esa intimidad precisamente por conseguir el éxito de una manera más segura y rápida. Es el caso, nos imaginamos, de un empresario canario, sureño por más señas, diversificado en varias actividades por demás, al que se la he podido ver de cacería con Francisco Álvarez-Cascos, ministro de Fomento, que promueve mucha obra pública. Y, como no podía ser menos, se les ha visto juntos en jornadas de cacería, afición que no debe haber perdido el ministro a pesar de los atragantamientos. Por cierto, hay fotos.