Mientras en algunas agrupaciones locales se producen estas patéticas escaramuzas, en Las Palmas de Gran Canaria se está dando un extraño fenómeno, digno de un estudio por algún parapsicólogo. Por primera vez en la historia, los militantes están debatiendo un modelo de partido, de gestión y de actividades antes de elegir a las personas que lo han de desarrollar. Un método, producto quizá del zapaterismo, que ha conseguido, por lo pronto, ahuyentar de alrededor a los moscones de siempre, los que sólo acuden cuando no hay que trabajar y sólo conspirar para ver a quién colocar en la ejecutiva local. El debate político ha sido, según cuentan testigos presenciales, muy rico y provechoso, tanto que de ese mismo debate han surgido los nombres de las personas que desean protagonizar el nuevo momento del PSC en Las Palmas. Los candidatos son dos, aunque se intentará que haya una única lista de consenso.