El segundo inspector de policía en caer víctima de la venganza de José Manuel Soria es Enrique Pérez Ramos, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Canarias. Tuvo en 2009 el atrevimiento de llevar al ministro y a Australia Navarro ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) acusados de injurias y calumnias tras afirmar ambos que la Policía falsificaba informes para encausar al líder de los populares canarios. La encargada de ejecutar la orden de decapitación ha sido la comisaria provincial de Las Palmas, Sagrario de León, que suma a las ansias de venganza de Soria las suyas propias. El pasado 23 de septiembre, la comisaria llamó a Pérez Ramos a su despacho y le informó de que lo destituía como jefe de la Comisaría de Distrito Norte, de Las Palmas de Gran Canaria, por “decisiones sindicales tomadas en el pasado que a ella le habían hecho mucho daño”, según se puede leer en una carta que el afectado ha remitido al jefe superior. La ejecución del líder del SUP ha sido con ensañamiento, porque además de removerlo al frente de una comisaría que fue la segunda de Canarias en la consecución de objetivos en 2011, lo coloca en una unidad especial al frente de los guías caninos, subsuelo e investigación de robo de cables de cobre, a las órdenes de un inspector que anteriormente había sido subordinado suyo. En la plaza que deja vacante Enrique Pérez en la Comisaría Norte, la comisaria provincial ha colocado al vicepresidente regional de su sindicato, el conservador Sindicato Profesional de Policía (SPP), que casualmente ejerce como representante de la escala superior. Tanto el SUP como el inspector afectado por esta decisión están estudiando acciones judiciales, no exclusivamente contencioso-administrativas.