Carlos Ester es uno de esos diputados autonómicos que jamás pasará a la historia del parlamentarismo ni de la política de Canarias por su brillantez, sus audaces aportaciones legislativas o por su oratoria. Es uno de esos tantos gregarios dedicados a prestarse a cualquier encargo que llegue de la superioridad. En 2006 le tocó ir de relleno a la comisión de investigación de la trama eólica, en la que tan envueltos estaban su jefe, José Manuel Soria, y el hermano de éste, Luisito. Calentó silla hasta que su señorito le dijo quítate tú pa ponerme yo, que voy a defenderme con uñas y dientes de los ataques de estos socialistas y de los que me han trincado metiendo la pata. Él se levantó diligente y obediente, la misma actitud sumisa que tuvo que adoptar en el pleno de este miércoles para preguntar a Soria sobre la presunta manipulación de los Informativos de Televisión Española en Canarias. Lo que digas, presidente, aunque todo esto sea un burdo montaje.