Los responsables de Prensa del Cabildo no salían de su asombro. Veían cómo los comentaristas y los periodistas de la autonómica allí destacados se dedicaban solamente a resaltar la presencia de todo tipo de políticos a excepción de los que verdaderamente representaban esa fiesta de carácter insular. El presidente del Cabildo, José Miguel Pérez, fue ninguneado hasta límites insoportables, incluso por los servicios de protocolo de Presidencia del Gobierno, que finalmente tuvieron que rendirse ante ante el empeño de sus homólogos insulares y una cosa que se llama decreto de precedencias. Pero en el colmo de la desfachatez, las carretas representativas de Las Palmas de Gran Canaria y Telde desaparecieron para los telespectadores de La Nuestra (es un decir) porque en esos precisos instantes se dio paso a publicidad. Por eso decimos que TVE no habrá de comprometerse a comportarse con normalidad, porque lo otro es el ridículo, que ahora pasa factura a Televisión Canaria.