Si a Soria le preguntaran cuál ha sido la segunda semana más dramática de su trayectoria política diría sin dudarlo que la que ahora termina. Los sucesos en los que se ha visto envuelto su partido por casos de corrupción y su catastrófica gestión en la crisis eléctrica han desembocado en que por primera vez en su triunfal trayectoria como ministro se haya escuchado por sus alrededores la palabra dimisión. La pronunció la oposición durante su comparecencia parlamentaria en la que, como pudo, trató de explicar la deriva por la que transcurre su recién aprobada reforma eléctrica y los anuncios ?luego corregidos por el regulador regulado- de que la luz subirá al menos un 11% para los españolitos a partir del inminente mes de enero. Hablando de inminente, otro que ha pronunciado la palabra dimisión junto al primer apellido de Soria ha sido Ignacio González, presidente del Centro Canario Nacionalista, que este mismo viernes emitió un duro comunicado contra el que ha sido hasta hace poco su admirado y admirable socio en las generales de 2011 y con el que mantiene en régimen de gananciales dos senadoras, una de ellas más echada al monte que la otra. El caso es que Nacho quiere que se le note tanto su nuevo estatus de ex socio indignado que se ha excedido en el uso del lenguaje a la hora de pedir la destitución del ministro canario. “El CCN pide el cese inminente de Soria por la exorbitante subida de la luz”, podía leerse en el titular del comunicado enviado a la prensa. Y lo reiteraba en su último párrafo: “El cese de Soria debe ser inminente y la sanción a las compañías eléctricas ejemplar”. Tan bondadosos deseos presentan algunas lagunas de tipo político y gramatical. En el primer caso, el cese sólo puede venir dado por voluntad propia del afectado, que cesaría en su cargo, es decir, dimitiría, cuestión manifiestamente improbable en el caso que nos ocupa. No le puede cesar Rajoy, que emplearía en tal caso el verbo destituir. La cuestión gramatical tiene también su retranca, porque confundir “inminente” con “inmediato”, que es lo que en realidad debió decir Nacho, sólo evidencia o un supino desconocimiento de ambos términos o un deseo indisimulable de que la dimisión o destitución (que no cese) esté ya firmada y sólo a la espera de su publicación en el BOE, que daría inminencia a la cosa. Empieza a notarse peligrosamente la influencia lingüística de Rita Martín en el CCN. (¿Todavía se están preguntando cuál fue la semana más dramática de la vida política de Soria, más dramática todavía que esta? Sí, han acertado, la de aquel octubre de 2009 en que resultó imputado por el caso Salmón. No hay duda).