Pero lo más altisonante que se ha escuchado hasta ahora en todo el caso Gürtel es el sentir de Bárcenas, desquiciado y anoréxico por la investigación judicial, pues Raúl del Pozo desmiente sus declaraciones a la Cope, donde dijo que no había amenazado al PP con tirar de la manta si lo cesan. “Si hay cojones, que me cesen. Estoy esperando al motorista”, dijo Bárcenas al abogado Miguel Bajo, al que paga el partido, cuando lo llamó el viernes por encargo de Federico Trillo. “En los últimos días, Trillo, Cospedal y Javier Arenas -quítate del foco unos meses- le han acorralado para convencerle de que dimita”, señala el periodista. Y tanta bravuconería e intimidación también nos suena aquí por estos ultraperiféricos lares, donde Soria confesaba estar sorteando a “tanto hijo de puta” y se manifestaba a la espera de lo que diría “el cabrón ese” sobre sus casos judiciales. A lo que se ve, en el PP imperan sobre todo las buenas maneras.