La Ley Concursal está para aplicarla. Como todas, y perdonen ustedes la perogrullada. De ella, de la Ley Concursal, algo se ha enterado la opinion pública canaria gracias a su proceso más mediático, el señalado con los guarismos 6/2004, el proceso concursl de la UD Las Palmas, para entendernos. Pero no sólo de ese procedimiento se ha alimentado la Ley Concursal -¿o es al revés?-. Hay un sinfín de causas -hasta padres de familia que se amparan en la norma, ahogados en su economía doméstica- que pasan desapercibidas porque no está en juego ningún icono sacro isleño. Y sus potentados mantenedores, claro. Pues una de estas es el caso que traemos a colación en la sección de Canarias: Yánez Promociones y los tejemanejes del protegido de Jorge alicatessen Rodríguez, Antón Marín, para burlar a la Justicia: utilizó una empresa paralela ad hoc, Aerospa Comercial SL, para manejar desde Grupo Europa el proceso concursal de la constructora Yánez. Y ahora esa empresa se convierte en administradora concursal de Mazotti, fitetú.