Rita Martín regresa al Patronato de Turismo de Lanzarote, de donde nunca debió salir este portento de la política. Estos dos últimos días los ha dedicado a despedirse, toda compungida ella, de los funcionarios de la consejería, algunos de los cuales no la habían visto en persona en su vida. Pero ella es así. Se marcha Rita dejando los números de Turismo más coloraos que los tomates maduros, endeudado el departamento por varias generaciones, con inversiones publicitarias multimillonarias cuyo alcance y verdadero destino descubriremos sólo con el paso del tiempo y las correspondientes auditorías, y encima con un bestial recorte del 30% en su presupuesto para 2011, veinte puntos sobre la media de rebaja de las cuentas globales que Soria presentó este viernes. Bien es cierto que lo gastado hasta ahora ha cubierto de sobra las pretensiones peperas, por lo que ya no valía la pena seguir pensando en la principal industria canaria.