Por si no lo habían apreciado, este viernes se dio carpetazo a la querella de La Caja, la que la entidad presentó contra antiguos directivos, un tasador y un empresario. Y lo primero que debemos hacer es manifestar nuestra satisfaccion por el sosiego recuperado por los afectados, sosiego que, por coincidir con las fechas navideñas, constituye una doble felicitación para ellos. Peor noticia, sin embargo, ha sido la opinión de tanto mercachifle de la política configurando y alimentanto el pensamiento único. Esas personas, esos políticos, dijeron cosas distintas entonces y aún hoy en privado se manifiestan de forma bien distinta a lo publicado. Ellos sabrán. Nosotros hemos informado del asunto, como era nuestra obligacion. Sin embargo, nos llaman disidentes de ese pensamiento único para oír nuestra opinión o conocer el porqué de nuestro silencio de ahora, y les contestamos que el asunto está cerrado. Que si disienten del auto de archivo o de otra cosa, siempre que se respeten las reglas del juego democrático, aquí tienen nuestras páginas, las de un medio libre. Nosotros lo que sí haremos es un análisis sosegado, riguroso y comprometido del total del asunto. Y eso necesita tiempo. Pero parece claro que lo acontecido forma parte de las cosas que suceden cuando la política no es solvente y se quiere continuar lo no resuelto en sus ámbitos a través de los tribunales.