Anda el alcalde de Mogán, nuestro admirado Francisco González, enfrascado en refrescar como buenamente puede las duras repercusiones que ha tenido el gran incendio de Gran Canaria para muchos propietarios de fincas en su municipio. De reunión en reunión -por ejemplo, la noche de este jueves mismo, en Barranquillo Andrés- Paquirrín intenta buscar alivio y ayudas para los agricultores damnificados por el fuego que arrasó buena parte de los altos de Mogán. Es su trabajo como cabeza visible de un Ayuntamiento al que la desgracia tocó de lleno, en esto también. Pero lo curioso es que el alcalde, sin venir mucho a cuento de pirómanos, bomberos, pinos y pinochas, cambios climáticos, políticas medioambientales y ayudas públicas, se ha dedicado a soltar en alguna de esas reuniones su particular llanto preventivo: “Seguramente el juez me volverá a llamar en septiembre, ya saben...”