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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Cosas que hacer en Telde ante Rita Martín

El turismo tiene que estar muy jodido, sí señor, y produciendo unos terribles quebraderos de cabeza a la consejera del ramo, la insuperable Rita Martín. La responsable de la cosa dedica a la caída de visitantes todas las horas del día, incluso las teóricamente destinadas a dormir, lo que provoca un considerable cansancio, que se mezcla con unas terribles jaquecas y algunas tiranteces musculares que se acrecientan ante la falta de tiempo para hacer los necesarios ejercicios musculares. Y se te sube a la cabeza, oye, aunque no quieras. De ahí que cuando a la consejera le toca llegar con la lengua fuera a un acto público, no haya tenido ni siquiera un minuto para leer el comunicado de prensa elaborado por sus servicios de comunicación, lo que le evitaría, por ejemplo, el aparatoso ridículo que hizo este lunes en Telde. Acudía este pedazo de consejera al acto de replanteo de la obra de remodelación de la vieja casona solariega de la familia Sall, cedida desde hace muchos años a los cabildos de Gran Canaria y Tenerife, y gracias al Ayuntamiento de la ciudad y al desaparecido Pedro Lezcano, ahora en vías de convertirse en un centro de interpretación sobre la vida y obra de los Millares Sall. Pero llegó Rita y, como un torbellino racial incontenible, lo cambió todo y provocó entre el muy respetable público un ejercicio de carcajada contenida que a más de uno ocasionó luego graves consecuencias gástricas. Lo que nos lleva a recomendar descojono desenfrenado al próximo desvarío, que ella es personas muy comprensiva.

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