Miércoles noche. Iglesia de Arguineguín, municipio de Mogán. El cura convoca al pueblo y a los candidatos. Y Paquirrín, que no nos gana para disgustos, recibido con cariñosos gritos de la concurrencia, que le dijo de todo, incluso chorizo. Y se llevó, literalmente, un coscorrón de alguien muy significado en Arguineguín. La noticia recorrió valles y montañas, playas y suelos urbanizables. Hasta llegar al casco de Mogán, donde va y se repite la historia el viernes noche: Plaza del Ayuntamiento en Mogán casco, el feudo tradicional de la familia González. No hay pasión y apenas ciento y pico asistentes al mitin del señor alcalde imputado. Los nervios están tan a flor de piel que empieza a tener explicación esa reconciliación entre el alcalde y su teniente de alcalde. Onalia Bueno ha sido requerida para sacar las castañas del fuego: dirige la campaña electoral del PP con su todavía tirón popular de ayudas de emergencia entre el electorado de Arguineguín, en dura pugna con su ex compañera de odisea, Carmen Delia Melián, ahora en Nueva Canarias. Como Ulises, para volver a Ítaca, queda por delante un largo y tortuoso camino: dos semanitas de vértigo.