No le gustó a Mercedes Roldós que hubiera reporteros gráficos esperando su llegada a las puertas de los juzgados de Granadera Canaria. Tanto que hasta llegó a afirmar que ella iba allí por un asunto personal. Vamos como si la audiencia no fuera pública, no se tratara de un hecho denunciado ante instancias públicas y no tuviera interés alguno saber cómo se conduce en los negocios privados alguien a quien todos pagamos. Más aún con la alergia que ella tienen a la corrupción. Y si a todo lo anterior sumamos que su empresa -suya, de su marido y de otros socios-, también dejó a deber a la Seguridad Social más de 25.500 euros, la cuestión se pone más interesante si cabe. Por cierto, que esa deuda con lo público se considera “crédito incobrable”, vaya tela.