El denunciante que reclama el arbitraje es el mismo que ha metido en la Fiscalía Anticorrupción a empresas vinculadas con Suárez Gil por una presunta corrupción por el concurso eólico de la consejería de Luis Soria. Pero, analizada la denuncia, que tiene su origen en febrero de 2004, no parece que haya relación. Sí puede estar la madre del cordero en el hecho de que el empresario demandante tuviera sus más y sus menos con una empresa de la órbita plateada, Siemenca, de la que salió muy cabreado, pero muy cabreado. Quizá por eso el poco caso que le han hecho en esta segunda reclamación ante la Cámara, lo que aprovecha Santana para reclamar un par de dimisiones en cadena. Y una pasta, por cierto, superior a los 359.000 euros.