Desconocemos cómo habrán respirado de alivio en el grupo municipal socialista con la marcha de Nardy Barrios, del mismo modo que no podemos informarles de cómo se tomaron la decisión los trabajadores que han prestado sus servicios en Fomento durante su mandato de tres años y pico. Lo que sí podemos contarles es cómo fue la despedida del concejal de Turismo y vicepresidente de la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria, Ricardo González, el otro representante de Compromiso en el pacto recientemente roto. Controvertido como ninguno, González no tiene muchas posibilidades de pasar a la historia de los departamentos que ha dirigido como la alegría de la huerta. Más bien todo lo contrario, y sus propios actos lo atestiguan. Este martes se despidió de la plantilla de la concejalía, alrededor de medio centenar de trabajadores, agradeciendo la colaboración a sólo tres de ellos, tres; uno, dos y tres. Por olvidarse hasta lo hizo de su conductora, una abnegada profesional que hasta le acercaba las medicinas a su casa de la carretera de Teror cuando enfermaba. Ricardo González regresará ahora a Gamá, donde sí que han dejado de respirar aliviados.