La despedida de Soria no estuvo mal, salvo por el comienzo. La dedicó a relatar al público que ha sido víctima de ataques personales, familiares y políticos “por métodos no permitidos” para sacarle de la política. Pero se ha salvado felizmente, por lo que dijo, porque “aquí me tienen vivito y coleando”. Ya nos gustaría saber a qué llama este buen hombre “métodos no permitidos”, porque de los suyos de él tenemos una larga lista que empezarían en las coacciones y amenazas y terminarían en ataques directos contra las libertades empresariales, las libertades individuales, y la utilización fraudulenta de las instituciones. Mala la despedida de Paulino, y en su línea la de Aguilar, que se llevó un reproche del moderador, un correcto y emocionado Roberto González, por haberse metido con sus adversarios “por métodos no permitidos” en el discurso final del debate.