Nada, que se coge más pronto a un mentiroso que a un cojo, y eso, pese a la moda Aznar y a todas sus estrategias de distracción, sigue teniendo mucho vigor. Mario Rodríguez, el presidente de los empresarios de Las Palmas, sigue sin dejar bien encajadas sus versiones acerca de su participación en la famosa reunión gaseosa del hotel de Meloneras, donde Mauricio hizo el famoso reparto de la ampliación de capital de Gascan entre empresarios de las dos provincias canarias. Rodríguez, salió como alma que lleva el diablo el día de autos de una reunión de la CCE alegando que tenía “un compromiso ineludible” y ése no era otro que el de Meloneras. A nadie dijo de qué se trataba y a nadie dijo quiénes eran sus interlocutores. Luego, se desinfla la tesis de que aquello no era reunión secreta.