Al día siguiente, este pasado martes, don Pepito vuelve a relatar otro asunto que lo trae por la calle de la amargura en los juzgados de Santa Cruz de Tenerife. Se trata del “caso del profesor de la Universidad de La Laguna (pobre Universidad en la que ya no quieren matricularse los alumnos, que encierra una masa antitinerfeña y antisocial)” que a su juicio “clama al cielo”. Veamos por qué: “insulta gravísimamente y con publicidad en prensa, que es un añadido agravante”. Y qué le han hecho los jueces en esta ocasión a don Pepito: pues muy sencillo, archivar su querella en primera instancia, pero, ante el recurso de El Día, “la Audiencia Provincial determina que debe ser procesado, apela el demandado y otro juez o jueza (no queremos decir si es hombre o mujer) vuelve a archivar la causa”. Y ¿qué le dijo a don José ese descarriado profesor lagunero. Lo cuenta el mismísimo editor con pelos y señales: “miserable”, “engendro” y “desgraciado” entre otros epítetos“. Obsérvese cómo en esta ocasión, el editorialista trata de cuidarse de ofrecer datos sobre el juez que le hizo la trastada, pero no vayan a creer que es prudencia, es sencillamente aviso a navegantes, marcar el golpe, amago... Lo siguiente, barragana, cocainómano, putero... No se priva el editor.