Águeda Montelongo, responsable política de la malversación de dinero publico que por partida doble hemos detectado en el Patronato de Turismo de Fuerteventura, es una de las políticas que mejor representa el perfil que gusta al presidente del PP canario: echada para adelante, dispuesta a todo, con mucha hambre de gol y pocos escrúpulos. Ella fue la elegida por Soria para sustituir a Domingo Gonzalez Arroyo, que reunía algunas de esas cualidades, pero le sobraba la capacidad para ser autónomo y contestar algunas decisiones de la dirección con violentos aspavientos. Montelongo no es así, Montelongo es sumisa a la superioridad, tanto que traduce la obediencia debida en sometimiento sectario, que confunde la jerarquía con baboso peloteo. El dinero público que ha empleado para agasajar a altos cargos de su partido ha salido de una partida presupuestaria que le fue transferida al Patronato de Turismo desde la consejería regional homóloga, de la que fue titular hasta octubre pasado Rita Martin, otro prototipo de seguidora del líder muy dada a firmar concursos y adjudicaciones sin preguntar y sin someterse a la legalidad vigente.