No sabemos si esta pasada noche don José ha dormido como un angelito, como debe ser habitual en quien se acuesta al término de cada dura jornada con la misión cumplida, con el convencido de que ha contribuido al engrandecimiento de Tenerife y a la lucha por la independencia del pueblo canario. Pero la noche de este miércoles debe haber sido más convulsa para don José Rodríguez Ramírez, director y editor de El Día, que este jueves debía comparecer como imputado en las diligencias abiertas en un juzgado de Santa Cruz por una querella del diputado socialista Santiago Pérez. ¡Qué humillación! ¡Don Pepito, en los juzgados! ¡Qué ignominia! ¡Qué falta de respeto!: un patriota postrado ¡ante la Justicia de la metrópoli invasora! Y todo por un malentendido, por medio centenar de inocuos editoriales de este héroe de la independencia nacional canaria poniendo en su sitio a ese socialista de poca monta que ahora se atreve a denunciarle por injurias, calumnias y trato degradante. Por unos epítetos sin mala intención, por un par de insinuaciones de nada sobre la necesidad de pasarlo por la guillotina. Y encima va el señor Pérez y se da de alta en el Colegio de Abogados para constituirse en acusación particular sin necesidad de gastarse un euro en letrados. ¿Cómo no va a ser injusto todo esto para quien está llamado a liderar la liberación de este pueblo del yugo de una potencia invasora, por lo demás socialista?