No hay que exagerar más de la cuenta: los altos cargos gubernamentales de ATI practican con tal exquisitez el complicado arte del equilibrio que da hasta gusto contarlo. Por ejemplo, es verdad que Dulce Xerach utiliza a un notario para comunicarse con funcionarios de su departamento, concretamente con los destinados en Las Palmas de Gran Canaria. Pero también es cierto que el notario que utiliza está radicado en esta ciudad, y no en alguna de Tenerife, con lo que está garantizado el equilibrio. Lo que no sabemos es cómo actuaría en el hipotético caso de que fuera posible utilizar a un fedatario público de la otra isla, por lo que lo dejamos aquí de momento. Por cierto, sabemos de una funcionaria destinataria de esos requerimientos notariales, una jefa de servicio de la que se dice que Xerach quiere aburrirla para equilibrar mejor las cosas y traspasar sus competencias a la directora territorial de Cultura, con base operativa en Tenerife. Equilibrio, que se llama.