No nos hemos olvidado de Mogán, aunque parezca que sí, del mismo modo que no se ha olvidado de Góndola el juez Alexis Reyes, que se recupera lentamente de la conmoción que le produjo el modo poco misericordioso con que el TSJC se sacudió su pieza separada sobre Adán Martín. Su señoría no quiere seguir deteniendo, lo que no tiene por qué significar que no siga imputando, al golpito, pero imputando. Hasta que llegue al bollo del cogollo del meollo, y llame a Salvador Iglesias a ver qué le cuenta. Es tal la situación de estrés en que anda sumida la clase pública en general, que sabemos de dos concejales muy deportivos y muy transportados que se han puesto en manos de sendos terapeutas para que les prepare la psique ante previsibles convulsiones.