Con mucha consternación por su parte, diciendo un hasta luego que no un adiós, tratando de dar normalidad vacacional para luego retornar en octubre, se despiden de la pantalla Pepe López y Daniel Montes de Oca, la pareja indómita de Mi Tierra Televisión, con sede, todavía, en el Puerto de la Cruz. Por mucho victimismo y por mucha naturalidad que quieran aportar, lo cierto es que se van a negro, o cierran, porque sigue adelante un expediente de la Viceconsejería de Comunicación y Relaciones con los Medios del Gobierno de Canarias en el que se resuelve el precinto de las instalaciones de su centro emisor, ubicado, por cierto, en el término municipal de Los Realejos, al no contar con la debida autorización. Probablemente, en Mi Tierra Televisión, que se atribuye en exclusiva la defensa de los intereses del norte de Tenerife, nunca se creyeron que ese día llegaría, envalentonados como estaban con el lenguaje pepelopesco y eufóricos con las manipulaciones y los insultos impunes a políticos. Algunos de ellos seguro que estarán muy contentos por este precinto mientras otros dirán que a buenas horas porque el daño ya está hecho. Ni siquiera en las pseudodespedidas planteadas en las últimas emisiones Paulino Rivero y Javier González Ortiz se libraron de las soflamas del telepredicador portuense que todavía no ha identificado, por cierto, a dos miembros de Juventudes Socialistas a los que presuntamente acusó de haber participado en una algarada en el exterior de la ahora cerrada sede televisiva. De momento, la pesadilla parece haber llegado al punto final.