Se inaugurará el próximo día 12 el que todos los expertos vaticinan será el último Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria que dirigirá el incombustible Claudio Utrera. Será un festival con muchas novedades, y no necesariamente buenas, marcado por la crisis y alguna que otra vendetta. Aquel glamour pueblerino de las primeras alfombras rojas (sí, rojas) de Soria y Pepa da paso ahora a un sálvese quién pueda, pero no hagan cabrear a Jerónimo, que tiene a Claudio en la picota. Utrera ha resistido como ha podido a las inclemencias internas y externas, y ha decapitado a algunos de sus más estrechos colaboradores aprovechando que la bolsa no sona y que se le pedía algún gesto, aunque fuera equivocado, como es el caso. Por ejemplo, el viernes pasado se presentó la programación del Foro Canario, marcada en esta edición por la destitución “por motivos económicos” de su coordinador en los últimos nueve años, Luis Roca. La “maldita crisis” es lo que dice Utrera en público, porque en privado dices cosas más feas.