Con tanta fiesta se nos traspapeló por ahí una notita que queríamos acercales. Nos llamó la atención el otro día la presencia del alcalde de Las Palmas en la firma del nuevo Plan Integral de Empleo para Canarias. No sabíamos si estaba allí en calidad de primer edil de la ciudad con más parados de las islas o si como autor de la ponencia del PP sobre igualdad de oportunidades. El caso es que pusimos en marcha las parabólicas y ya disponemos de información fidedigna. En primer lugar, nadie lo invitó al acto, más que nada porque en ese caso habrían tenido que invitar a los 87 alcaldes de Canarias. Pero minutos antes de que éste comenzara, una de las secretarias de Alcaldía telefoneó a los servicios de protocolo de Presidencia del Gobierno para dar la matrícula del coche oficial del alcalde, de modo que se le franqueara el paso para aparcar en los subterráneos del edificio. La razón era clara, el alcalde fue a recoger al ministro Zaplana al aeropuerto, de modo que quedaba justificada su presencia en el acto. Lo normal es que quien reciba en el aeropuerto a un ministro en visita oficial sea el delegado del Gobierno y, en vehículos de la Delegación del Gobierno, se hagan los traslados correspondientes. Pero hay excepciones, claro, especialmente en estos momentos tan decisivos en los que una fotografía vale un potosí. Aunque salgas un poco atragantado cuando escuchas a tu ministro cantar excelencias del Piec, el mismo que tú acababas de poner a parir. Mira que hay malagradecidos, encima que lo vas a buscar al aeropuerto.