Casi desde el primer momento dejó claro este miércoles Magdalena Álvarez que no dice ni media palabra de lo que no tenga que ver directamente con su ministerio, el de Fomento. Se lo advirtió en un almuerzo celebrado en el restaurante Nelson, del la Playa de Arinaga, a una quincena de directores de medios informativos de las dos provincias canarias. Hechas las oportunas presentaciones y precisiones, la ministra no tuvo el menor recato en contestar a todo lo que se le preguntó, fuera peregrino o coherente, fuera descarado o meloso. A todo. Defendió con gran profesionalidad las dos segundas pistas del Reina Sofía y de Gando, y hasta se mojó (no tanto como con los aeropuertos) en la defensa del puerto de Granadilla. Confesó que es la ministra que hace las infraestructuras porque si fuera la de Medio Ambiente, matizó, posiblemente su opinión sería otra.