Se asientan las revolturas generadas por los últimos acontecimientos empresariales relacionados con el Puerto de La Luz y Las Palmas al tiempo que en algunos despachos se preparan acciones de cara al otoño que viene. No se han conformado algunos dirigentes empresariales portuarios con la nueva configuración del consejo de administración de la Autoridad Portuaria, donde el poder autonómico, con el PP y ATI tratando de mandar, tendrá muy difícil los trece votos necesarios para imponer sus criterios, empezando por la sustitución del director. En esa disconformidad en que andan instalados han cometido algunos errores que han hecho aflorar quiénes son exactamente los cabreados, casi los indignados, y hasta en nombre de quién han aquirido tal estado de ánimo. No sólo era Germán Suárez el que movía los hilos, más bien podemos asegurarles que el más activo fue (y sigue siéndolo) Javier Esquível.