No queremos ser agoreros, pero mucho nos tememos que Mogán es una olla a punto de estallar. Pueden leer en nuestra sección de Canarias el vía crucis judicial que se han empeñado en padecer los mandos de confianza de la Policía Local que tiene el alcalde González, Paquirrín, el que mejor se maneja sobre la góndola. Se han constituido en una especie de guardia pretoriana sin más estrategia que la de perseguir a cualquiera que puede ser sospechoso de ir por ahí contando lo que sabe. Pero no se atreven con el que más sabe, con el que más habla, con el que más profunda e indeleble deja su huella en sede judicial. Como el zapato que queda marcado en el piche calentito, por aquello de sacudírselos a los Galdós. Les hablamos del gondolero mayor, el gran candidato investido por el caudillo para llevar al PP moganero proa al marisco. Y sin muchas posibilidades de recuperarse pronto del talegazo. Ya verán.