¿Una conversación con un testigo grabada clandestinamente? Pues sí, también tenemos una en el caso Palma Arena. Resulta que Jaume Matas llegó a declarar que el incremento de su patrimonio se debió, al menos en 100.000 euros, al traspaso de un negocio familiar, Eléctrica Matas, convertido ahora en zapatería. Los fiscales tienen en su poder el testimonio del actual inquilino, que sostiene que lo que pagó en negro por esa operación fueron solamente 8.000 euros. El testigo ha denunciado a la Guardia Civil que la esposa del ex ministro de Aznar se personó un día en su zapatería en compañía de una detective privada para intentar conseguir de él una confesión falsa que avalara las tesis de los imputados. Las dos damas utilizaron una grabadora, pero salieron trasquiladas. Por lo tanto, no pudieron mandar el testimonio así obtenido a la revista Época, de manera que se pudiera lanzar un reportaje a toda plana bajo gruesos titulares: “Un GAL sin muertos en Palma”.